La antesala del sabor
Descubre por qué atemperar la carne es el secreto para obtener el mejor resultado
Desde MEATERS, tras varias pruebas con chuletas de diferente grosor, recomendamos que las dejéis reposar a temperatura ambiente durante al menos 4 horas. Si el chuletón es bastante grueso, como de 5 a 6 cm de espesor, es posible que necesite un poco más de tiempo de atemperación, aproximadamente unas 6 horas. Esto permitirá que la carne alcance una temperatura más uniforme y facilite una cocción más homogénea.
Recuerda que el objetivo de la atemperación es permitir que la carne se caliente gradualmente y alcance una temperatura cercana a la ambiente antes del cocinado. Esto ayuda a que los sabores se desarrollen, los jugos se distribuyan de manera uniforme y se logre una cocción más precisa.
Siempre es importante tener en cuenta la seguridad alimentaria. No dejes la carne sin refrigeración durante un tiempo excesivamente largo para evitar el crecimiento de bacterias. Siempre confía en tus sentidos y verifica que la carne esté en buenas condiciones antes de cocinarla.
En resumen, para atemperar un chuletón, se recomienda dejarlo reposar a temperatura ambiente durante al menos 2 horas, pero puede necesitar hasta 6 horas, especialmente si es grueso. Asegúrate de adaptar el tiempo de atemperación según las características específicas de tu chuletón. Estos son los pasos a seguir:
• El día antes, abrimos la chuleta y la sacamos del envase para que la carne respire. En un plato y tapada con un trapo limpio, metemos la carne en la nevera y dejamos que se oxigene durante toda la noche.
• Al día siguiente, sacamos la carne a temperatura ambiente durante al menos un par de horas y la cubrimos.
• En caso de no haber podido atemperar la carne en las condiciones que consideramos optimas, existe la posibilidad de darles un atemperado previo en el horno antes de echarlas a la sartén. Eso sí, a una temperatura no muy elevada, unos 50º o 60º durante aproximadamente 7/8 minutos, recordad que no queremos que se cocine, sólo que se atempere.
• Una vez atemperada, secaremos la pieza con papel de cocina para eliminar cualquier resto que pueda dar sabor indeseado y haremos un par de cortes en la grasa sin llegar a la carne para que no se arrugue en el cocinado.
• Cogemos un trozo de grasa y lo untamos en la sartén a modo de aceite. Después, untamos la chuleta para evitar que la carne se pegue y la cocinamos a fuego fuerte durante 1 o 2 minutos (dependiendo del grosor) por cada lado de la chuleta.
• A continuación, bajamos un poco el fuego y, durante 2 o 3 minutos por cada lado, seguimos calentando la carne homogéneamente.
• Después, sacamos el chuletón del fuego y lo dejamos reposar para que se asienten los jugos durante unos 5 minutos.
• Respecto a la sal, recomendamos dos opciones que son nuestras preferidas: la primera de ellas, una costra de sal de grano medio y pimienta molida previa a la cocción. La segunda, tras la cocción y el reposado de la pieza, cortamos la pieza al gusto y añadimos sal gorda o en escamas, según nuestras preferencias.
• Et voilà! Ya estamos listos para degustar una chuleta de alta gama cocinada de forma sencilla y casera, con un sabor inigualable.